lunes, marzo 27, 2006



No te pierdas a las viudas


Mi mamá entró el otro día y me mostró su última adquisición. Sacó de una bolsita un libro, se llamaba “Las viudas de los jueves” escrito por Claudia Piñeiro, ganadora del Premio Clarín de novela 2005. Lo agarré y lo empecé a ojear, leyendo oraciones sueltas. Lo primero que me llamó la atención fue su lenguaje simple, cotidiano, fácil de leer, entender y seguir. Al día siguiente al no tener nada que hacer, lo agarré y lo empecé a leer. Cuando lo terminé quedé boquiabierta.

En los primeros capítulos, cortos pero intrigantes, aparecen Ronnie, Virginia y su hijo Juani, una familia que vive en un barrio privado. La autora empieza por referirse a la muerte de tres amigos de Ronnie, en una pileta de natación. Esta parte de la historia queda en suspenso hasta al final. La mayor parte del libro son anécdotas y los problemas a los que se enfrentan estas familias, sus cuestionadas prioridades y su moral.
Está la familia con dos chicos adoptados, donde la propia madre la mira a la hija con ojos de desaprobación por su color de piel y sus costumbres ya internalizadas. Está la familia sin hijos, donde el marido golpea a la mujer y todos saben, pero no se habla del tema. También se encuentran casos de desempleo, la idea de mudarse a Miami, infidelidad, amigos con dobles intenciones, el miedo a tener que cambiar el estilo de vida, el colegio privado de los chicos, racismo, divorcio, los insultos atrás de lo halagos y más que nada la importancia de ser bien visto, de mantener las apariencias.
Se podría decir que es una sátira de la vida dentro de los barrios privados. Altos de la Cascada Country Club queda a 50 Km. de Capital, aunque nunca aclara exactamente la localidad, uno se lo puede imaginar en Pilar. Habla del colegio privado Lakelands, sus uniformes, la importancia del inglés, sus normas, estas tienen varias coincidencias con los uniformes, el inglés y las normas del colegio Moorlands de Tortuguitas. A los personajes ficticios de este libro se los puede encontrar en cualquier lado, no solamente en los countries, pero aunque hay que admitir que esta característica termina de cerrar el estereotipo.
Estas familias viven en la Argentina de los 90, desde la asunción de un nuevo presidente a fines del 89, hasta sufrir lo miedos de las consecuencias de septiembre del 2001.Cambiando de narrador en cada capítulo, la voz que narra no se deja odiar del todo, a pesar de lo que dice.
El libro logra atraparte dentro de eso universo cerrado y superficial por los frecuentes usos de palabras como clubhouse, caddie, personal trainer, dispensers de agua mineral y los decks, y por la repetición de la frase “this is real life” en unos de sus capítulos.
Los personajes no son muy diferentes unos a otros, simplemente se enfrentan a diferentes problemas. Predominan el miedo a la vergüenza que los maneja y la facilidad de mantener sus secretos.
Cuando uno menos se lo espera, el libro esta terminando no sin antes volver al tema de los primeros capítulos, los tres muertos. Aunque tan sorprendente que parece poco creíble, suficientemente inesperado para que su credibilidad importe poco. A falta de una, dos vueltas totalmente imprevisibles hacen del final, el final de un gran libro. Una escena impecable, llena de sentimientos y angustias, donde se transmite la verdadera cara, ya no de las mujeres, sino de los hombres. Uno ve y puede llegar a entender el miedo de estos hombres que sin remedio llegan a su desgraciado final.
El libro nos deja entrar en la vida de estas familias aparentemente perfectas, ver mas allá de las puertas de su casa, conocer sus miedos, problemas, como los esconden y siguen aparentando ser felices. Es difícil dejar pasar las similitudes que tiene con el programa de televisión norteamericano Desperate Housewives, las vidas que parecen perfectas desde afuera, los secretos que esconden y un asesinato.
Uno al llegar al final no puede hacer más que compararse a estas familias, compararla con la gente que conoce. El libro es atrapante y uno siempre quiere más historias sobre estas ‘viudas’, más vergüenza, más drama, más ‘chusmerío’.
El libro es para llorar o llorar de risa depende de la situación de cada lector. Yo lo veo de forma mas positiva, un cachetazo para hacernos caer en la realidad.

Al terminar de leerlo lo cerré y pensé en mis amigas, las que viven en barrios cerrados, en mi colegio con english skills y IB y finalmente en mi Golden retriever. Pero esta incertidumbre no duro mucho, ya que “cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”.